Noticias sobre la preparación del III Encuentro Latinoamericano de los Estados Generales

Buenos Aires, 26 de novembro de 2001.

Queridos colegas y amigos:

A quienes en San Pablo y en Buenos Aires apoyan el III Encuentro Latinoamericano de los Estados Generales a realizarse en esta ciudad, queremos hacerles llegar algunos comentarios.

La experiencia de los encuentros paulistas, tanto el del 99 como el recientemente realizado, más lo que creemos interpretar como interés de un gran número de analistas argentinos acerca de la importancia de contar con un espacio abierto y democrático, donde puedan convivir diversas orientaciones teórico-clínicas, fue lo que nos estimuló para proponer la realización de un próximo encuentro en Buenos Aires.

La reunión informal que se realizó en casa de los Fuks entre los argentinos residentes en Brasil y los que habíamos asistido desde Buenos Aires, mostró, luego de un breve intercambio de opiniones, un consenso respecto del dispositivo de funcionamiento. Se consideró al utilizado en San Pablo como el más idóneo para defender las dos premisas políticas fundamentales de los EG: la ausencia de jerarquías entre los participantes y la participación en nombre propio, más allá de cualquier adscripción teórica o institucional.

Es en este espíritu que comenzamos a trabajar a nuestro regreso, tratando de crear las condiciones que permitieran incrementar la presencia de psicoanalistas argentinos en los Estados Generales, revirtiendo el fracaso de la convocatoria a Paris 2000. De acuerdo al análisis que efectuamos esto requería una nueva difusión de la propuesta poniendo el acento en la historia de los anteriores encuentros.

Los Estados Generales del Psicoanálisis son un movimiento nuevo que se va gestando paso a paso. Debemos aprender de las experiencias y de los acontecimientos en tránsito valorizando los aciertos y corrigiendo los errores. En las reuniones de San Pablo se pudo encontrar la forma de hacer coincidir mejor el espíritu del llamamiento general con el modo de funcionamiento, esencialmente en el respeto por la diversidad y por las diferencias que generaron un alto nivel de productividad y un valioso intercambio entre colegas.

Compartimos la idea fundamental de que es necesario para el desarrollo del psicoanálisis de nuestro tiempo trabajar sobre las resistencias propias, aquellas que tienen su expresión más acabada en la institucionalización de ciertos conceptos y en el abandono irreflexivo de otros que llevan a perder herramientas para hacer frente al desafío de la clínica de nuestro tiempo. Resistencias que también se manifiestan en formas de organización que en nombre de un mayor grado de profundización teórica abortan la política del nombre propio.

Creemos que para la realización del Encuentro Latinoamericano en B.A. es preciso evitar caer en propuestas que generen desconfianza y que se muestren sectarias respecto a la convocatoria. Es imprescindible crear las condiciones de trabajo y entusiasmo necesario para que podamos revertir el bajo nivel de adhesión que han tenido los Estados Generales del Psicoanálisis en la Argentina.

Se han realizado hasta ahora dos reuniones en las que el debate se centró mayormente sobre el dispositivo a proponer, tema que ya había sido consensuado en San Pablo. Sin embargo a la posición ya expuesta, que sostuvimos la mayoría de los que asistimos tanto al Encuentro como a las reuniones de B.A., se le opuso la idea de conformación de comités de lectura al modo del encuentro de Paris, y el funcionamiento en asambleas.

Estas discusiones sobre cuestiones metodológicas dificultaron mucho la continuidad del trabajo, que a nuestro entender debe estar centrado en la redacción y difusión de una convocatoria clara y amplia, que dentro del campo del psicoanálisis no excluya a analistas de ninguna orientación y filiación institucional. Creemos que dispositivo de trabajo implementado en San Pablo garantiza que cada presentación se haga en nombre de cada uno, propiciando, en el seno de un debate franco, la iniciativa de cada cual para sostener su posición en lo que respecta a la clínica y a la teoría psicoanalítica.

Esto mismo vale para esta coyuntura. Confiamos en la eficacia del diálogo en la producción de las ideas y este es el sentido de estas líneas. Ampliar el diálogo y sacar provecho de la experiencia.

Un saludo afectuoso

Carlos A. Guzzetti
Luis Vicente Miguelez